sábado, 27 de junio de 2009

El primer encuentro (1ª parte)

Llegué al lugar acordado, encendí un cigarrillo mientras le esperaba apoyada en el capó de mi coche, llegué más tarde de la hora acordada aún así tuve que esperarle... lo cual me incomodó bastante. Acabé mi cigarrillo y cuando me disponia a marcharme apareció él con gesto incómodo, me saludó con un escueto hola y se acercó a mi para darme los dos protocolarios besos... di un paso hacia atrás evitando que se acercara a mi y sin mediar palabra nos dirigimos hacia el lugar que habíamos pactado, esperé a que él abriera la puerta, me invitó a pasar y cerró la puerta tras de el, me di la vuelta le miré, él bajó inmediatamente la mirada... sabia que yo no estaba muy contenta y se fue agachando lentamente hasta posar sus rodillas en el suelo, no pude evitar soltar una sonrisa maliciosa, dejé mi bolso en la mesa y empujé su cabeza hacia el suelo obligándole a inclinar su espalda. – Colócate cara a la pared! ... le dije mientras me dirigía hacia el baño, quité mis pantalones observé que mi maquillaje seguía intacto y salí hacia fuera, el perro seguía inmóvil donde yo le había indicado. – Date la vuelta cerdo! ... se dio la vuelta y levantó la mirada... un manotazo le giró la cara con un plas
bastante sonoro, me miró y se atrevió a preguntarme por qué motivo le propiné el manotazo, se ganó otro mientras le decía... – Quién narices te dijo a ti que levantaras la vista?? ... no contestes y mira únicamente hacia el suelo!! Cogí mi bolso y agarré un antifaz, me coloque detrás de él y le susurré al oido... – Ahora te quitas todas tus ropas, todas y rapidito!!! . Me senté en la cama observándole, tenia buen cuerpo, algo velludo... terminó de retirar toda su ropa y me acerque apoyando mis pechos en su espalda y le coloqué el antifaz, deslicé mis manos desde sus hombros a sus manos lentamente casi sin rozar y sentí como su cuerpo temblaba. – Date la vuelta y colócate a mis pies de rodillas tu cuerpo sobre ellas y tus palmas de las manos apoyadas en el suelo!! ... el tonto perro no acertaba... – A cuatro patas putaaa!! ... dio un salto y se colocó inmediatamente en la postura correcta, apoyé los tacones de mis botas en sus manos haciendo una leve presión, me incorporé para alcanzar un cigarrillo apoyando todo mi peso sobre sus manos... de repente el perro soltó un gemido... – Silencio zorra quiero estar relajada ahora! ... encendí mi cigarrillo y mientras fumaba observaba su culito, dejando caer la ceniza sobre su espalda empecé a palpar y a palmear ese culito prieto deseoso de mi, acabé mi cigarrillo e hice que levantara su torso... pude ver su miembro erecto babeando como un perro asqueroso, empujé con mi pie su pecho hasta arquear su espalda hacia atrás dejándome a la vista su entrepierna completamente y pisando sus partes le dije... – Estás cachonda puta?? ... me contesto con un si Ama susurrante, haciendo más presión sobre su miembro repartí sus babas por la suela de mi bota y la acerqué a su boca obligándole a lamerla toda, sacó su lengua y lamió desesperado mientras yo no podía contener la risa... notaba como mi ropa interior se humedecía más y más... agarrré su cabeza y la hundí en mi entrepierna obligándole a limpiar y a oler mi tanga, casi llego al orgasmo sintiendo esa lengua muerta de hambre lamiendo desesperada...

1 comentario:

  1. Precioso relato Señora. Describe Usted a la perfección una bonita relación en la que a cualquier sumiso le gustaría estar.
    Lo he leído en varias ocasiones y no me canso de imaginarme a mi en la situación de su sumiso.
    Me encantaría que siguiese Usted deleitandonos con sus maravillosos escritos.
    A sus pies

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