martes, 7 de julio de 2009

Iniciación al BDSM

Siempre que alguien comienza a aprender algo nuevo, se produce una sensación de entusiasmo, ese refrescante efecto vigorizante de lo nuevo. Uno puede sentir una sensación de impaciencia, queriendo saberlo todo ya. A medida que pasa el tiempo y la persona empieza a adentrarse por el vasto mundo del BDSM, va descubriendo una cantidad de información abrumadora. Todo el mundo tiene su propia opinión, sus propias ideas y todas son diferentes. Escuchando todos esos puntos de vista de quienes tienen más experiencia y ya ha recorrido esa senda antes, uno puede sentirse confuso e incluso tremendamente descorazonado. Esas personas te recomiendan libros que puedes comprar para intentar entender mejor este estilo de vida. Pero enseguida te das cuenta de que lo que lo que tu pensabas que era sólo cuestión de hacer realidad tus fantasías se convierte, de repente, en toda una forma de vida montada y reglada. Ello puede hacerte sentir más confuso aún, abrumado por tantas reglas y normas, incluso puedes llegar a sentirte desilusionado al comprobar que no es tan fácil como pensabas en un principio.
A medida que sabes más, más inseguro te sientes. Ya no sabes bien qué debes hacer, hacia dónde debes dirigirte ahora y posiblemente empieces a dudar de tus propias ideas y sentimientos, porque no se corresponden a los de los que han hablado contigo o a los que has leído. Pero tranquilo, no estas sólo ni eres la primera persona a la que le pasa eso.
La mayoría de la gente que se inicia en el BDSM lo hace para satisfacer sus necesidades sexuales. El sexo convencional, normal, sin morbo, aunque resulta agradable, suele terminar siendo aburrido cuando se cae en la rutina. Las personas suelen desear algo más y, en lo más hondo de su ser, sienten la necesidad de algo más. Sus fantasías tienden hacia esos aspectos más morbosos de la actividad sexual. Pueden sentirse culpables o avergonzados por tener esas inclinaciones y esas necesidades. La sociedad nos inculca que somos seres inteligentes y capaces, todos iguales. Aquellas personas que sienten inclinación por la sumisión pueden tener serios conflictos con la educación que han recibido y con las normas sociales, donde no está bien visto que te guste obedecer a una persona que te domine, arrodillarte ante él, que te ate o te unos azotes.. Para los que tienen tendencia a la dominación resulta un poco más fácil conciliar sus gustos con las normas sociales. En cualquier caso, esa contradicción entre lo que a uno le han enseñado y lo que uno siente en su interior puede generar una gran confusión, un sentimiento de culpa y de miedo. Uno puede empezar a dudar de su propia cordura . Puedes sentirte frustrado emocionalmente en la medida en que no consigues satisfacer esas necesidades. Esa insatisfacción puede hacerte incluso tremendamente infeliz en la vida. Pero también puedes dejarlo estar, enterrando esas fantasías y esos deseos y olvidándote de ellos para llevar una vida digamos "normal" o socialmente correcta. Pero, de repente, algo sucede, algo pasa que hace aflorar de nuevo todo eso que habías dejado latente en el fondo de tu mente. Puede ser un artículo de periódico, una revista porno, una página web o un canal de chat, ahora con la aparición de Internet, o cualquier otra cosa. Entonces tomas conciencia de que no estas solo, ni estas enfermo o mal de la cabeza. Una vez más se produce en uno esa contradicción entre el deseo y la confusión.
Todo esto son reacciones normales cuando se introduce uno en algo tan bien asentado como es el BDSM. Qué hacer al respecto es tan subjetivo como cada persona es. No hay nada realmente bueno o malo cuando se trata de lo que te haría feliz. Pero antes debe saber uno exactamente lo que es. Se honesto contigo mismo y con quienes hablen contigo. No te sientas avergonzado si tienes sentimientos de culpa, de cólera o de miedo por esa necesidad que subyace en ti. Procura no dejar que otros dicten tus emociones. Expresa honestamente tus necesidades y deseos, así como tus pensamientos y sensaciones, especialmente si tienes una pareja o compañero. Esa comunicación abierta y sincera es crucial en el BDSM, tanto como el proceso de aprendizaje. Intenta mantener una mentalidad abierta a las experiencias que otros te cuentan. Ten presente que tus propios límites personales, lo que te gusta y no te gusta en un determinado momento, pueden cambiar con el tiempo a medida que avanzas y aprendes más cosas.
Las personas que viven este estilo de vida no son menos humanas de lo que uno es. Tienen trabajos de lo más variopintos que compaginan con esta forma de vida. Este modo de vida no tiene nada que ver con conductas sexuales enfermizas, ya sean patológicas o psicóticos, de carácter delictivo. No se trata de un grupo de psicópatas. La inmensa mayoría de las personas que practican el BDSM son personas normales y corrientes. Están casadas, trabajan, tienen hijos, como la gran mayoría de la sociedad. En algún momento, también sintieron una sensación igual o similar a la que experimentas tu ahora.
Mucha gente dirá "adelante, vamos a ello", pensando que "bueno, ya me he leído un libro o dos, he hablado con un par de personas sobre el tema. Ya se lo que me hago". No tienen ni idea de lo duro que es el camino. Una vez que sabes cuales son tus deseos, lo mejor que puedes hacer es ser paciente y no obsesionarte. Tómate tu tiempo. Empezar a conocerse a si mismo es un camino duro y a veces doloroso. Aplaca esos deseos insensatos de empezar enseguida y vete despacio. Es mejor ir lentamente. Habla con mucha gente, de lo más diversa y lee toda la información que caiga en tus manos. Conversa con la gente que lleva más tiempo metida en este modo de vida sobre lo que has leído y las conclusiones a las que has llegado. Asimila lo que lees, reflexiona sobre ello y compáralo con tus propias ideas y sensaciones. Conócete a ti mismo y cómo te sientes. Se consciente de tus deseos y cómo exteriorizarlos y hablar de ellos. Acepta y trata de entender dónde estas y adonde quieres llegar. Plantea las preguntas, no las ocultes. Recuerda que las preguntas estúpidas son sólo aquéllas que no se hacen.
Intenta recordar que, al igual que cuando eras un bebé, hubo un tiempo en el que tuviste que aprender a caminar y hasta entonces tenías que andar a gatas, arrastrándote, Iniciarse en este modo de vida es lo mismo. Uno debe aprender a gatear antes de andar. Piensa que todos los que ya están metidos en esto tuvieron que aprender las mismas cosas que tú en algún momento. Pregúntales por ello, algunos no se acordarán, pero otros muchos si y estarán dispuestos a compartir contigo sus comienzos. Recopila toda la información que puedas, compárala con tus propios pensamientos y sensaciones y decide lo que está bien para ti. Tómate tu tiempo y espacio para aprender y también llegará el momento en el que tú también te sentirás cómodo y seguro con tus emociones y podrás expresarlas igualmente.
Has iniciado un viaje de descubrimiento. Una travesía que puede proporcionarte a menudo gran placer, al igual que mucho dolor. Un camino que se adentra profundamente en el lado oculto del corazón y del alma. Se trata de un viaje de aprendizaje y de aceptación. Crecer lleva tiempo, así que tómate tu tiempo y serás mucho más feliz durante el largo recorrido.

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